El crecimiento de los volúmenes de información en el último tiempo ha sido exponencial y dado que un correcto tratamiento de la misma trae ventajas en todos los ámbitos, es que ha aumentado su valor.
La información ha pasado a ser el activo más valioso de las empresas, que invierten enormes cantidades de dinero en su gestión para asegurar el éxito.
El tamaño de Big Data que manejan es enorme y la simple posesión de esos datos puede otorgarles una ventaja sobre su competencia, pero la verdadera diferencia se logra al innovar en el modo de tratarlos para obtener resultados que les permitan tomar decisiones en la actividad que realizan.
Es así que muchas empresas que nos resultan familiares han alcanzado o aumentado su éxito con métodos que les permitan aprovechar ese contenido de sus bancos de datos:
Tal el caso de Netflix que registró las interacciones que realizaban sus usuarios en base a todos los contenidos disponibles, tomando en cuenta cientos de parámetros diferentes para luego mediante un algoritmo, recomendar automáticamente contenido que podría ser del agrado del espectador.
Lo mismo ha sucedido con la empresa Hopper, su negocio es recomendar vuelos a un precio menor al que se puede encontrar en las páginas convencionales. Al comenzar la empresa contaba solo con los datos de sus pocas transacciones, pero decidieron comprar el histórico de todos los vuelos de muchas otras empresas para así elaborar su propio algoritmo que efectuaba la comparación y recomendaba a los clientes cómo hacer las operaciones. Al día de hoy Hopper ha sido incluso premiada por su innovación en el área de viajes.
Otro gigante que se lo ha tomado muy en serio es Walmart, que a día de hoy cuenta con una de las bases de datos más grandes del mundo en lo que a actividad comercial se refiere. Su cantidad de información se calcula en 35 terabytes, bastante cercana a los 45 que se calcula que posee Youtube como para tener una referencia. A través de su análisis puede predecir las tendencias de compra y ofrecer mejores opciones a sus clientes teniendo en cuenta parámetros como la ubicación de sus sucursales, fechas e incluso distribución interna de los productos.
Claramente los datos se pueden considerar el oro del siglo XXI y las compañías conscientes de esto aumentan los millones que gastan en su adecuado tratamiento.
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